GABRIELA ARCINIEGA FERNÁNDEZ
Domingo 1 de diciembre, 18:00 h.
Entrada libre.
Género: poesía.
Nacida en Madrid. Licenciada en ADE, trabajo en el mercado financiero. Escribía cuentos de pequeña y ganaba los concursos de mi colegio y mi localidad.
Siempre he sido una persona sensible, risueña, soñadora y con necesidad de expresar mi mundo lleno de color, a veces con claroscuros. En ocasiones lo he hecho a través de la escritura, pero también a través del baile o cualquier otra forma de expresión.
No me considero para nada escritora, o no al uso; reflejo mi interior, lo lanzo de mis manos al precipicio del papel. Mi primera novela, no publicada, en la que vieron un potencial a explotar, fue Carlos y los Devorasueños; la segunda, publicada en 2018 por Ediciones Atlantis, fue Tres faldas, un cupcake y una caja de prozac, una novela femenina que ahonda en el poder de la amistad e incide en que rara vez las cosas y las personas son lo que parecen a través de una trama de suspense.
Empecé a escribir poesía en el 2014 cuando una amiga me introdujo en un grupo de poesía afincado en Tudela, El club de la rima, donde intercambiábamos poemas todos los viernes. Ahí germina la semilla de este poemario tan personal, que me haacompañado en los momentos felices y me ha sostenido en los tristes.
Puede haber muchos amores en una vida, y muchas vidas en un amor.
Todas las estaciones en un único día, todos los días en una sola estación.
El amor a un hijo y a una hija, a tus padres, familiares, a un amigo, a tu pareja actual, a tu amor pasado, al efímero, al platónico, al imposible… y también el desamor, pues no existe el uno sin el otro. El amor a ti mismo, que también conoce de crisis.
Las luces y las sombras de ese sentimiento mágico en el que nos reconocemos los unos a los otros, de igual a igual.
Eso es “Un amor de estaciones”, fragmentos de mi corazón que se han quedado adheridos a las personas que he amado, a cada una con un matiz distinto.
Reconozco en mí partes de los otros, y en los otros un poso de mí.
Estamos hechos de historias: las que nos contaron y las que contaremos.
Historias que pasan de puntillas o como un elefante en una cacharrería, desde el verano que todo lo quema, hasta despuntar la primavera, tras deshojarnos destemplados en los huesos del mismo invierno.
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